[Estreno] Enamorada de un recuerdo (1)

Ha pasado mucho tiempo desde la ultima vez que camine por estas calles, que respire este aire. ¿Podría definir mi regreso a casa como volver a nacer? No lo se. Pero de lo que estoy segura es de que no olvidare el 3 de Diciembre, ya que ese día mi vida cambio.

Mi historia se remonta hasta hace 3 años. Mi madre acababa de divorciarse de su ultimo esposo, este era el tercero desde que mi padre murió cuando yo tenia 2 años. Siempre he creído que ella no pudo superar la muerte de mi padre y tuvo que buscar el amor en los brazos del primer hombre que tocara su puerta. Pero no la culpo.

Este no seria el ultimo esposo de mi madre. Antes de que sentara cabeza tendría que intentarlo nuevamente, esta vez el elegido tendría sabor oriental. Así es, mi madre llego a casarse con un japones residente en Madrid y claro como era de esperar ella, mi hermana mayor Africa y esta servidora, nos fuimos a vivir con él, pero no a Madrid, nos fuimos a Japón.

Nuevo país, nuevo idioma y nueva cultura. Este fue un choque brutal para una chica de 12 años como yo que tuvo que adaptarse a las concurridas calles de Tokyo para sobrevivir. Lastima que este matrimonio tampoco durara mucho. Esta vez la causa de la ruptura fue las continua visita de los "amigos" de mi madre a nuestra casa, vosotros ya entendéis lo que quiero decir... Mi madre siempre ha tenido mucho que ocultar, esto le trajo muchos problemas que ya os iré contando a su debido tiempo.

Así que nuevamente hicimos las maletas y volvimos a nuestra ciudad natal, Barcelona. Allí empezara mi aventura, los recuerdos empezaran a fluir en mi interior y mi ansiado primer amor volverá a mi.

¡Pero que mal educada soy! Se me olvido presentarme. Bueno, nuca es tarde, mi nombre es Laura Zulbaran tengo 15 años y esta es la historia de mi vida.

Capitulo 1: Comenzar de cero

Recuerdo perfectamente aquel 3 de Diciembre. Era una día frió y lluvioso, como los que a mi me me gustan. El otoño dotaba de un aspecto gótico y misterioso a la ciudad, que parecía recibirme con los brazos abiertos. El viento húmedo que asotaba la ventana del taxi me recordaba que ya estaba en casa.

Por fin llegamos a nuestro destino. Nuestro edificio era antiguo, estaba calcomido por el paso de los años. La fachada parecía que se nos iva a caer ensima. Pero me daba igual, porque al fin y al cabo ese era mi verdadero hogar.

El taxista ayudo a mi madre a entrar las maletas al edificio, mientras yo contemplaba como caía la lluvia sobre el asfalto y mi hermana Africa (como de costumbre) se contemplaba a si misma.

-¿Crees que estas mechas me quedan bien?- Pregunto ella mientras mascaba chicle de esa manera que tanto odio.

- Ya te he dicho que si pesada, es la tercera vez que me lo preguntas.

- Lo siento es que no quiero hacer el ridículo delante de toda la familia. Ya sabes, tengo una reputación que mantener.

Mi hermana mayor, una chica presumida donde las halla. Tiene un exquisito gusto por la moda y para ella su pelo lo es todo. Solo ha tenido 2 relaciones oficiales, y es que con el carácter que tiene no creo que ningún hombre quiera acecarcele.

Por fin paro de llover. Mi madre y el taxista habían entrado todas las maletas al edificio. Mi hermana y yo estábamos listas para salir del taxi, cuando derepente Africa vio como mi madre intentaba darle algo de propina al taxista y grito:

- Mamá ni se te ocurra darle propina, bastante nos ha cobrado con el dichoso "taximetro".

- Ay! hija, que tacaña eres- contesto mi madre desde la puerta.

- No soy tacaña, soy realista, no podemos malgastar el dinero con el primero que se nos cruce por delante. Recuerda, ¡Estamos en crisis!

Nuevamente mi hermana había montado uno de sus famosos pollos. Al final el taxista no quiso aceptar la propina y mi hermana se also como ganadora.

- Africa ¿ves lo que has echo?- Le reprocho mi madre con cara de cabreo.

- Claro mamá. Te he salvado de las garras de un taxista aprovechado. Pero tranquila, no tienes que darme las gracias.- Contesto ella muy orgullosa.

- ¡Tu eres tonta! El taxista había accedido a subirnos todas las maletas hasta nuestra casa por 10 euros. Pero tranquila ahora las subirás todas tu sola.

- Pero mamá, vivimos en un quinto piso y no tenemos ascensor.

- Eso debiste pensarlo antes -Sentencio mi madre.

Así que ahí estaba ella, subiendo nuestro equipaje hasta el quinto piso de aquel horrendo edificio. Con cada escalón, con cada piso que subía salia una queja de su boca. Hasta que mi madre no pudo mas y acepto que yo la ayudara. Nuevamente Africa se había salido con la suya.

Al llegar a nuestra planta, mi madre toco el timbre de la puerta. Nadie contesto. Toco nuevamente y solo nos respondió el silencio. Alzo la mano para tocar otra vez, cuando la puerta se abrió. Una cabeza asomo desde dentro de la casa, era Kevin, mi primo.

Seguía siendo como lo recordaba, alto, guapo, ojos azules, pelo negro y una sonrisa cautivadora. Al ver a mi madre se abalanzo sobre ella gritando:

- Por fin habéis llegado!!! Ya era hora os hemos estado esperando todo el día. ¿Pero que ven mis ojos?, ¿Es esta la pequeña Laura?

- Eh!! que solo eres un año mayor que yo, no flipes.

- Ven aquí y dame un abrazo, payasa.

Kevin y yo nos fundimos en un abrazo. Era muy extraño volver a verlo después de tanto tiempo. Nos quedamos en silencio un largo rato. En ese memento me susurro algo al oído, yo no pude escucharlo, pero a día de hoy conozco perfectamente el significado de aquellas palabras. Si las hubiera escuchado en ese momento, mi historia habría sido diferente. No sabia el secreto que ocultaba Kevin pero pronto lo descubriría.

- Dejadme pasar -grito Africa, destrosando nuestro momento emotivo.

- Yo también me alegro de verte Africa. No has cambiado nada - Le dijo Kevin con "retintín".

- Calla y ve a por las otras maletas, yo no vuelvo a bajar. Necesito un vaso de agua y una buena ducha.

Después de muchos abrazos, besos y alguna que otra lágrima, estábamos en casa. Mi abuela, mis tíos, mis primos, todos estábamos al fin juntos. Había pasado mucho tiempo, pero por fin, el pasado es el pasado.

En ese momento no estaba consciente de todo lo que suponía volver a empezar de cero, pero no tarde mucho en darme cuenta de lo que se me venia ensima. Todo cambiaría cuando volviera a mi antiguo instituto, allí conocería al amor de mi vida. Un amor que siempre había estado frente a mi pero que nunca había podido identificar. Solo hay que esperar a que mi mente se aclare y a que los recuerdos empiecen a fluir.

Fin del capitulo 1