¡¡Tierra Tragame!! Vergüenza en el Supermercado

Hola Shojeros

No sabéis lo contenta que estoy de volver a escribiros después de tanto tiempo. Tras mi examen (que por cierto aprobé por los pelos) caí en una de esas épocas en las que no te apetece  hacer nada más que quedarte relajadita en el sofá. Pero hace unos días me sucedió algo tan estúpido que quise contárselo al mundo y no encontraba la manera correcta de hacerlo. Fue en ese momento cuando me di cuenta que debía volver a sentarme frente al ordenador para contaros trocitos (para mí importantes) de mi vida.

Todo sucedió así:

Era una tarde de viernes como cualquier otra. Unas amigas y yo decidimos reunirnos en casa de una de ellas para ver una peli de terror e hincharnos con comida basura. Tras debatir qué íbamos a comer tocaba ir a comprarlo, al principio nadie quería ir a por la comida así que yo y otra de las allí presentes fuimos al super para pillar cuatro chorradas.

Todo transcurría con normalidad, hasta que...

Yo: Voy a por unas pizzas para el microondas, tú busca lo demás.
Ella: Vale.
Yo: Cuidado con lo que coges que te conozco...
Ella: Tranquila, iré a por patatas.

Sabía que no era de fiar, así que me apresuré y busqué las pizzas tan rápido como pude. La encontré junto a las patatas y, viendo que me había hecho caso, dejé caer las pizzas en la cesta. Cuando me fijé detenidamente vi que la cesta estaba llena de cosas que no estaban en lo que habíamos pactado:  Pan, chicles, arroz, yogures, pasta y pescado. Henchida de cólera y con mi amiga aun de espaldas empecé a gritar en pleno supermercado:

Yo: ¿Que te dije? ¿Porqué compraste toda esta porquería?

Seguí gritando mientras tiraba las cosas fuera de la cesta y las acumulaba en el suelo.

Yo: Estos yogures son una mierda y ni siquiera sabes freír un huevo como para comprar pescado... 

De repente mi amiga se acercó corriendo e intentó detenerme. En ese momento una señora me puso la mano en el hombro y me dijo:

Señora Random: ¿Qué haces con mi cesta?
Mi amiga: ¡¡¡Esa no es nuestra cesta!!!

Yo seguía agachada mientras la señora seguía exigiéndome una explicación. ¡¡¡Quería morirme!!! Quería que tierra me tragase allí mismo. La señora y medio supermercado me miraban mientras yo aún sostenía la cesta vacía en las manos. Mi amiga por el contrario se estaba descojonando. Todo estaba tirado en el suelo de cualquier forma. Los nervios me paralizaron, tan solo pude decir lo siento y poner  todas las cosas de nuevo en la cesta a la velocidad del rayo. Luego salí pitando de allí y juré nunca más entrar a ese supermercado. 

Espero que esta pequeña anécdota os haya gustado, contadme las vuestras. Seguro que os suceden cosas como estas a diario xD

Un beso :)